El País Vasco Francés es un tesoro que tenemos aquí al lado y por el que habíamos pasado más de una vez, pero nunca nos habíamos animado a salir de la autopista. Tremendo error por nuestra parte, pues es una zona preciosa con una arquitectura única que bien se merece una visita. Aquí os contamos nuestro recorrido, con el que esperamos os animéis a visitar la zona.
Hondarribia
Justo antes de cruzar la frontera a Francia, nos encontramos con Hondarribia o Fuenterrabia. Considerado como uno de los pueblos más bonitos del País Vasco y, tras verlo no nos extraña. Por lo que os recomendamos que no dejéis de hacer una parada para recorrer su Casco Viejo.
Dónde aparcar: además, gratis y a la puerta del Casco Viejo: aparcamiento de la Alameda.
Justo enfrente del aparcamiento, se encuentra la Puerta de Santa María, entrada principal al recinto amurallado y, dando la bienvenida al visitante la escultura del Hatxero ( que representa a los hombres encargados de abrir paso a las tropas con su particular atuendo)
Recorriendo la Calle Mayor (Kale Nagusia en euskera) encontramos varios edificios importantes:
-El ayuntamiento, construcción barroca del s.XVII
-El Palacio Zuloaga, que en la actualidad alberga la biblioteca municipal
-Casadevante, que acoge el Hotel Pampinot, actualmente cerrado al público.
A sólo unos metros de éste, se encuentra la Iglesia de Santa María de la Asunción y del Manzano (fijaros en las manos de la virgen portando unas manzanas de oro) Iglesia cuya construcción llevó mucho más tiempo del esperado, debido a que fue necesario trasladar el material de la misma a reforzar las murallas por los continuos enfrentamientos entre los Reinos de Castilla y Navarra.

La Calle Mayor termina en la Plaza de Armas dominada por un imponente edificio: el Castillo de Carlos V, del s.X. Si queréis ver su interior tenéis tres opciones:
-Tomar algo en su bar, cuya entrada se encuentra en el lateral del edificio
-Hacer la visita guiada que ofrece Arma Plaza Fundazioa (Plaza Arma 9, 6€ por persona, todos los días a las 11:30) en la que además de recorrer el Casco Viejo de la mano de un guía podréis visitar varias estancias del Parador y el interior de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Sólo por eso la visita ya merece la pena.
-U hospedaros, ya que actualmente es un parador.
Desde la Plaza de Armas nada como seguir callejeando admirando las fachadas de los edificios que encontrareis a vuestro paso, sin olvidar visitar la Plaza Guipuzcoa. La cual a pesar de su aspecto medieval, data de principios del s.XX.
Y de aquí al Barrio de la Marina, una zona repleta de casas de estilo vasco con coloridas fachadas y, de bares y restaurantes donde reponer fuerzas.
Un lugar que nos hubiese gustado visitar, pero que no fue posible ya que se encuentra en obras en la actualidad, fue el Fuerte de Guadalupe. Si alguno se anima que nos cuente si merece o no la pena.
Dónde picar algo:
-Txantxangorri: Por recomendación de una local nos pedimos una ración de calamares. No estaba mal, pero entre que no era muy grande (algo que nos sorprendió teniendo en cuenta que estábamos en el norte) y su precio (11,5€) pues se nos atragantaron un poco.
-Zabala: Lo mejor de este pequeño establecimiento es que todos los días (no solo los jueves como ocurre en el resto de bares de Hondarribia) hay Pintxo Pote (consumición y tapa 2,5€ )Aunque no se trata de pintxos de concursos están buenos, sobre todo, la tortilla.
Dónde dormir: Faro Higer. Algo que nos sorprendió, tanto en Hondarribia como en el resto de nuestra escapada por el País Vasco Francés, es que no había muchas zonas acondicionadas para dormir en furgo o autocaravana, salvo campings. Éste nos pareció un buen lugar, tranquilo y apartado. Ya sabéis que para encontrar tanto aparcamiento gratuito,como sitios dónde pernoctar usamos la app Park4Night
Hendaya:
Justo al otro lado de Hondarribia, 7 minutos en barco ó 15 en coche, cruzando la frontera se encuentra Hendaya. Por lo que, ésta fue nuestra primera parada en tierras francesas.
En Hendaya destaca su playa, Ondarritz, de 3km de largo y un amplio paseo marítimo: Boulevard de la Mer, en el que llama la atención el Old Croisiére Casino, un edificio con un estilo muy particular. Al final de la playa encontraréis uno de los símbolos de Hendaya «Les Deux jumeaux» («Las Dos Gemelas» en español) Según la leyenda, Basajaun, hombre de los bosques de la mitología vasca, intentó tirar una piedra para destruir Bayona pero tropezó y, la roca cayó partiéndose en dos justo ahí donde podemos verlas hoy en día.

Pero, sin ningún tipo de duda, lo que no debéis perderos si visitáis esta localidad es el Castillo d’Abbadia. Situado a las afueras, os prometemos que no os dejará indiferentes.
Aunque no haya visita en español (9€ por persona) no os preocupéis os darán un dossier con las principales explicaciones y el interior…merece tanto la pena. Contrasta tanto con su exterior. Su decoración ecléctica, excéntrica os aseguramos os sorprenderá y mucho.
También podéis aprovechar para recorrer desde el parking 1 del castillo algún tramo del Camino de la Costa y observar su característico flysch. Aunque hemos de advertiros que el de Zumaia está mucho mejor.
Dónde aparcar: una de las pocas zonas gratuitas se encuentra frente al Chemin de la Bahía (Camino de la Bahía) un poco más allá todo es de pago. Y, cuidado que en Francia no pintan la zona de azul, si no de blanco, aunque suelen tener escrito «Payent» (pagar)
Fuerte Socoa (Fort de Socoa)
Justo antes de llegar a San Juan de Luz, al otro lado de su bahía se encuentra el pueblo de Ciboure (Ziburu en Euskera) y el Fuerte Socoa. Aunque se encuentra cerrado al pueblo, es posible pasear por sus alrededores, disfrutar de las vistas y descansar en la arena.
San Juan de Luz (Saint Jean de Luz)
Probablemente, muchos de vosotros habréis oído hablar alguna vez de este pequeño pueblo de la costa atlántica francesa, pero, sabías que durante el s.xVII fue la base de los corsarios vascos o que en su iglesia tuvo lugar en 1660 el matrimonio político más importante de la historia.
En la principal calle peatonal, Rue Gambetta, se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista, en la que el 9 de junio de 1660 tuvo lugar la boda real entre Luis XIV y la Infanta de España María Teresa. Poniendo de este modo fin a los continuos enfrentamientos entre Francia y España.
Al final de dicha calle, se encuentra la Plaza de Luis XIV y en ella el ayuntamiento y la Casa de Luis XIV, denominada así ya que fue aquí donde se hospedó el monarca mientras esperaba la llegada de su prometida.
Por su lado, la Infanta María Teresa se quedó en la Casa Joanoenia, nombre del acaudalado corsario propietario de la misma, también conocida,desde entonces, como Casa de la Infanta. Ésta se encuentra, en el puerto, al otro lado de la Plaza de Luis XIV y destaca por su estilo similar a los palacios venecianos.
En San Juan de Luz, también podéis pasear a lo largo de su playa. Las casas alineadas frente a la misma, probablemente, sean hoy en día el símbolo más característico de la localidad, al estar conectadas, la mayoría de ellas, al paseo marítimo a través de puentes.
Dónde aparcar: tanto en San Juan de Luz, como en Biarritz o Bayona nos encontramos con el mismo problema: aparcar sin pagar es, prácticamente, imposible. Nosotros tuvimos suerte y varias de las máquinas estaban fuera de servicio. Por lo que nos dijeron, volverían a estar en pleno rendimiento a partir de Semana Santa.
Continuamos nuestro recorrido un poco más allá hacia
Biarritz
Lo que más destaca de esta localidad son sus casas, aunque en su mayoría ya alejadas del característico estilo del País Vasco Francés. Ya que se tratan de casas burguesas y mansiones.
A mediados del s.XIX se puso de moda entre las altas esferas europeas cuando la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III se construyó una residencia de verano junto al mar; actual Hôtel du Palais (cerrado al público hasta verano de 2019 por obras de renovación) Lo que cambió para siempre la apariencia de Biarritz, de pueblo ballenero a destino de veraneo para la burguesía.
Además, del Hôtel du Palais encontraréis:
La Capilla Imperial (Chapelle Imperiale en Francés)Merece la pena visitarla por la originalidad de su estilo ,pero lamentablemente tiene horarios de visita (3€) muy reducidos y no conseguimos hacer coincidir nuestra visita con su apertura.
Iglesia Ortodoxa (8 Avenue de l’ Impératrice): Por extraño que pueda parecer, en Biarritz encontraréis una iglesia ortodoxa. Probablemente os preguntaréis a qué se debe: pues algo tan simple como que la Emperatriz Eugenia de Montijo invitaba a la nobleza rusa a pasar los veranos en Biarritz. La entrada es libre de 15:30 a 18.
Roca de la Virgen (Rocher de la Vierge) es sin duda un lugar ideal para ver el atardecer. Se encuentra unido a tierra por el puente Eiffel; construido por el mismo arquitecto que la Torre Eiffel de París.
En la punta de Saint-Martin, se encuentra el faro de Biarritiz, abierto al público los fines de semana de 14 a 17 (hasta las 18, tras la entrada del horario de verano a finales de marzo);en las vacaciones escolares y en los meses de mayo, junio y septiembre todos los días en el mismo horario y, en julio y agosto de 10:30 a 13 y de 14 a 19.Probablemente, bien hubiese merecido subir sus 248 escalones y pagar los 2,5€ de la entrada, para contemplar sus vistas, pero de nuevo llegamos tarde.
Dónde dormirmos: Anglet, 5 Chemin de Jorlis. No se trata de ningún sitio con bonitas vistas ni nada por el estilo; si no un simple parking en una zona industrial. Pero es tranquilo y llano.
Pero está bastante mejor el parking que se encuentra en Prom. de Sources, junto a la cafetería Lagunak. Ya que se trata de un lugar igualmente tranquilo, pero además con baños gratuitos y, está frente a una de las 11 playas de las que presume la localidad de Anglet. Por lo que es ideal para poder dar un largo paseo por la mañana y ver la Chambre d’Amour, en la que según cuenta la leyenda: dos jóvenes amantes que usaban la cueva para verse, ante la oposición del padre de ella a la relación, fueron un día arrastrados por la fuerza del mar, que subió más rápido de lo normal.
Bayona
Probablemente, fue el sitio que menos nos llamó la atención. Pero teniendo en cuenta su proximidad a Biarritz y que nos pillaba de paso de nuestro recorrido hacia el interior del País Vasco Francés…
Habíamos leído que la «zona más pintoresca» se encontraba a orillas del río Nive, zona que «recordaba a un Ámsterdam de estilo Vasco». Para nosotros había más diferencias que similitudes la verdad.
En Bayona también encontraréis:
Catedral de Santa María: cuya entrada es gratuita (horario de lunes a sábado de 8-12:45 y 15 a 19, los domingos de 8-12 y 16 a 20:30)
Chateau Vieux (Castillo viejo) no muy lejos de la Catedral se encuentra este castillo, actualmente propiedad del ejército y cerrado al público.
Chateau Neuf (Castillo Nuevo) el cual también se encuentra cerrado.
Espelette (Ezpeleta en Euskera)
A pesar de su pequeño tamaño, Espelette es un imprescindible. Famoso por sus pimientos rojos con los que adornan las fachadas de las casas. Pero no son unos pimientos cualquiera ya que cuentan incluso con Denominación de Origen.
En Espelette además de bonitas fachadas podéis ver:
Castillo de los Varones de Espelette donde actualmente encontraréis el ayuntamiento y la oficina de turismo. Por lo que podréis ver su interior, siempre y cuando la oficina esté abierta; que no fue nuestro caso.
Iglesia de San Esteban se trata de una iglesia de grandes proporciones y anchos muros, lo que se debe a que fue erigida también como fortaleza. En su interior, llama la atención las galerías de madera que cubren las paredes laterales. Galerías reservadas originalmente para los hombres durante la misa.
Ainhoa
Pueblo típico del País Vasco Francés donde les haya. Aunque se trata de un pueblo pequeño, básicamente con una única calle, se merece una visita pues sus casas son el ejemplo perfecto de la arquitectura que caracteriza a la zona.
Y desde aquí volvemos a cruzar la frontera hacia…
Zugarramurdi
Desde que vi la película de Alex de la Iglesia «Las brujas de Zugarramurdi», allá por el 2012, tenía muchas ganas de visitar este lugar.
Y lo que encontramos me sorprendió mucho. En primer lugar, que no se trata para nada de un pueblo oscuro y tétrico como aparece en la película, y, la verdadera historia de las brujas poco o nada tiene que ver con un mundo mágico. Si no más bien con la ignorancia, la incomprensión, la manipulación y el miedo a lo diferente.
Visitar la cueva y sus alrededores os llevará unos 45 minutos aproximadamente.
La entrada cuesta 4,5€, un precio tal vez algo elevado. Pero he de decir que nosotros pagamos la mitad 2,25€ cada uno, ya que nuestra visita coincidió con el Día de las cuevas (ya sabéis que hoy en día existe un día para todo)
Para más información acerca de su horario, el cual varía según la época del año, os dejamos aquí su enlace.
Ya solo nos queda decir…Hasta la próxima semana viajeros.
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