Hoy comenzamos a contaros nuestros días por Ámsterdam (y alrededores)  ¿Nos acompañáis?

Día 1: Centro Medieval, Barrio Rojo y Oeste del cinturón de los canales (Visita Casa Anna Frank)

Con el fin de aprovechar el tiempo al máximo y exprimir nuestros días libres cogimos el primer vuelo de la mañana hacia Ámsterdam (Vuelo de KLM 104€ i/v por persona), nada más y nada menos que  a las 6 am. Antes de las 9 ya habíamos aterrizado, a las 10 ya estábamos instalados en el hostel y  antes de  las 11 en la Plaza Dam para hacer un Free Tour con Buendía Tours (el cual, ya os adelanto, no ha sido de los que más nos haya gustado)

Como ya os comentamos en los preparatvios de Ámsterdam, llegar desde el aeropuerto de Schipol a la ciudad es muy fácil y rápido; ya que hay trenes constantemente, que tardan unos 10-15 min  y cuestan 4,5€ (3,5€ el trayecto más 1€ por la tarjeta)        

En el hostel (Meininger Hotel Amsterdam West City, 455,15€),  al ser tan temprano,      aún no tenían preparada nuestra habitación pero pudimos dejar tranquilamente nuestro equipaje en una sala cerrada con llave; a la que solo tenías acceso junto a alguien del personal y, además, identificaban tu maleta con un número, cuyo resguardo debías mostrar al recogerla. Algo sencillo, pero que sin duda evita los «malos entendidos»

Siempre hemos dicho que la mejor manera de tomar contacto en un nuevo lugar es a través de una visita guiada. Sin embargo, en esta ocasión no tuvimos mucha suerte y el tour se nos hizo un pelín pesado, muchos datos históricos e intentando vendernos otros tours. Pero, que se le va hacer, no siempre se puede acertar.

Así que tras el tour, de unas 2h y media, nos dirigimos de nuevo hacia la zona medieval. Primero hacia la Centraal Station. Necesitábamos confirmar  si con la tarjeta Amsterdam &Region Travel (3 días 33,5€) , podíamos o no ir a Keukenhof; ya que la chica del free tour nos había dicho que no, que esa tarjeta no servía. Tras confirmar, reconfirmar (vamos preguntar como 80 veces si valía o no para cada uno de los lugares que queríamos ver) compramos la tarjeta; porque sí que que servía.

Después, siguiendo el itinerario de la Lonely Planet investigamos cada rincón, los canales y las fachadas por nuestra cuenta (siguiendo también las datos de la Guía Visual de Aguilar Ocio)

Por supuesto, tuvimos que hacer un alto en nuestro recorrido y comer algo. Más que una comida, fue un tentempié, pero nos fue más que suficiente: un cucurucho de patatas fritas en Vlemincks (Voetboogstraat 31) (Ámsterdam al igual que otras ciudades europeas, como Londres, desde nuestro punto de vista, no destaca por su gastronomía)

Nuestro recorrido nos llevó a este otro patio, Van Brienenhofje. Menos conocido que el de Begijnhof y con menos historia, pero también cargado de encanto (Mola lo de abrir una puerta y de pronto encontrarte un remanso de paz)

A las 19.30 teníamos la entrada a la Casa de Anna Frank (10,5€ por persona) Aunque bien es cierto que la casa que sirvió de refugio a Anna, su familia  y amigos se encuentra vacía, gracias a la audioguía disponible en español (incluida en el precio), llegas hacerte una  idea de cómo pudieron llegar a sentirse al permanecer escondidos en aquel lugar durante más de 2 años. Para nosotros fue una visita memorable y que no puede faltar si visitas Ámsterdam.

Rendidos, agotados y sin fuerzas cogimos el tren rumbo al hostel.  Era momento de instalarnos de verdad en nuestra habitación, cenar y dormir…

Día 2: Zona Pijp (Mercado Albert CuypMarkt y Heineken Experience) Zona Sur de los canales y Barrio Rojo

A las 9  cogimos el tranvía nº12 (billete sencillo 3€) rumbo a la zona de Pijp. Esta zona tal vez no sea especialmente turística, pero para nosotros tenía, en principio, dos puntos de interés:

El mercado de  Albert CuypMarkt. Nos encantan los mercadillos callejeros y no queríamos perdernos el que dicen es el mayor mercado callejero diario de Europa (No nos pareció para tanto, la verdad)

Heineken Experience (Entrada 18€ por persona) La primera fábrica de esta conocida marca de cerveza es hoy  un gran «escenario» propagandístico de la misma. Qué si merece o no la pena la visita…sinceramente, creo, que por su precio, no. Aunque sí que es divertido y al final de la visita tienes unas ganas tremendas de beber una Heineken (consiguen su objetivo); menos mal que con la entrada tienes 2 cañas incluidas.   

Importante descargarse la app, con la que podréis disfrutar de una visita audioguiada en español.

Nuestro recorrido continúo hacia la zona sur de los canales (donde de nuevo nos guiamos por el recorrido marcado por la Lonely Planet  y la info de la Guía Visual de Aguilar Ocio)

Sin ninguna duda, la mejor manera de conocer y descubrir Ámsterdam es a pie.

Una vez más, nuestra comida fue más un tentempié que una comida como Dios manda. El lugar elegido fue Van Dobben (Korte Reguliersdwarsstraat 5-9) y sus míticas Kroketten de carne (dicha croqueta estaba buena. No podemos decir lo mismo de sus bocadillos de carne y fiambre. Menos mal que en esta ocasión y, tras nuestra experiencia en Londres, habíamos llevado jamón del bueno)

Para finalizar el día y, antes de volver al hostel, nos pasamos por el Barrio Rojo. Aunque ya habíamos estado el día anterior, no es hasta el atardecer cuando el barrio cobra vida y se pueden ver sus famosos «escaparates» (A mí personalmente me defraudó un poco esta zona. Pero, he de reconocer que no podéis iros de la ciudad sin visitarla)

Y hasta aquí nuestros dos primeros días por Ámsterdam. Al día siguiente era momento de salir de la ciudad y empezar a conocer sus alrededores con nuestra nueva tarjeta de transporte.

Pero, para ello tendréis que esperar hasta la próxima semana viajeros.

Sólo un apunte más. Si sólo contáis con dos días para visitar la ciudad, deberías incluir en este itinerario Museumplein. Bien para visitar alguno de sus museos, como el de Van Gogh o, simplemente para intentar haceros la foto en la típicas letras I Amsterdam.