Cuando comencé a organizar nuestro viaje por Italia, tenía claro que estos cinco pueblos, que no me cansaba de ver en Instagram, no podían faltar en nuestro itinerario. Y aunque la visita fue breve, un sólo día, nos dio tiempo a disfrutar y conocer sus principales rincones. Así que si os estáis planteando hacer una escapada a Cinque Terre, pero no disponéis de mucho tiempo, este post os interesa…
Día 1: Burgos-Carcassonne (644 Km, 6h)
Este día no hicimos nada. Bueno sí, conducir y recorrernos media Francia.
Dónde dormimos: Área de servicio de la autopista A-61, Bélvèdere de la cité. Como muchos ya sabréis, la mayoría de las áreas de descanso de las autopistas francesas son una maravilla: con WC, duchas, lavabos, mesas…vamos, casi casi un camping.
Como nosotros llegamos ya de noche y ya conocíamos la ciudad no nos acercamos hasta Carcassonne. Pero, si tenéis oportunidad no dejéis de hacerlo, su cité es impresionante.
Día 2: Carcassonne- La Spezia (770km, 7h 40 min)
Tras día y medio conduciendo y 1410km (ahí es na’) llegamos a la Spezia, puerta de entrada a Cinque Terre.
Lo primero, acercarnos a la estación de tren y comprar la Cinque Terre Card de 1 día (16€ por persona)
¿Qué es la Cinque Terre Card?
Es la mejor forma de desplazarse por Cinque Terre (o por lo menos lo fue para nosotros) Con ella disfrutaréis de viajes ilimitados en tren y autobús (lo que por ejemplo en Corniglia os evitará subir sus 377 escalones), acceso gratuito a los aseos y, además, es indispensable para hacer cualquiera de los tramos del famoso Sentiero Azzurro.
Dónde dormimos: Parcheggio Piazza d’Armi . Este aparcamiento tiene varios puntos a su favor: es gratuito, amplio, está en una zona tranquila, cerca de la estación de autobuses (donde hay WC gratuitos, aspecto importante cuando uno viaja en furgoneta) y a 10 min a pie del tren que te lleva a Cinque Terre. Pero también tiene algún que otro inconveniente: Hay mosquitos tigre (por lo que no olvidéis el repelente) y, suele estar lleno. Así que si queréis encontrar una plaza os recomendamos intentar llegar a última hora de la tarde, cuando los turistas que han pasado el día visitando Cinque Terre se marchan.
Día 3: Cinque Terre
Hoy, por fin iba a conocer estos cinco pueblos…
Nuestro primer consejo: Madrugad.
Por dos razones, bastante obvias: la primera porque sino recorrer los cinco pueblos en un único día, es un pelín más complicado y, más si, como nosotros, tenéis la intención de ir de uno a otro andando. Y, segundo: si Instagram ha hecho que la mayoría de nosotros situemos estos pueblos en el mapa…somos muchos esperando a hacernos «la foto»
Nosotros cogimos el tren de las 7: 55 en la plataforma 5, en dirección a Levanto (el cual hace parada en los 5 pueblos) Os dejamos foto de los horarios disponibles.
Decidimos empezar nuestro recorrido por Riomaggiore, uno de los pueblos más fotografiados y, en el que más gente esperábamos encontrar. Pero, por fortuna madrugar nos vino muy bien. Estuvimos solos. Pudimos recorrer tranquilamente sus calles y hacer la ansiada foto sin problemas y sin esperas.

Llegar hasta aquí es muy fácil: debéis girar a la derecha, atravesar el túnel, bajar las escaleras y voilá (no tiene pérdida)
Comentaros, que los trayectos en tren tanto desde La Spezia como entre un pueblo y otro son muy cortitos, 5-10 minutos a lo sumo. Y, los cinco pueblos son chiquitos, por lo que se recorren fácilmente.
Aunque nos hubiese encantado llegar hasta Manarola caminando por la denominada «Vía del Amor»,de la que dicen es el tramo más bonito del Sentiero Azzurro, no nos fue posible; ya que se encuentra cerrada por obras hasta abril del 2021. No tuvimos más remedio que coger el tren y usar nuestra tarjeta.
¿Sabéis de dónde viene este romántico nombre? Del gran número de matrimonios que se celebraron entre los lugareños de estos dos pueblos, cuando se abrió el camino en el s. XII-XIII (Qué bonito…) De hecho este sendero fue la única vía de acceso hasta 1874, año en el que se inaguró la actual línea férrea.

Para sacar la típica foto de Manarola debéis ir hacia Punta Bonfiglio, mirador que se alza junto un parque infantil y encima de un bar (desde el puerto subir hacia la derecha)

Y, aunque este pueblo tampoco tiene playa sí que está permitido el baño, por lo que podréis aprovechar (no como nosotros que fuimos poco espabilados y no llevamos bañador) a refrescaros.
Siguiente parada Corniglia, el pueblo más antiguo. Para llegar hasta aquí tuvimos que coger, nuevamente, el tren, ya que el camino que une ambos pueblos se encuentra cerrado por un desprendimiento. Se espera que abra este mismo año 2019.
Al contar con la Cinque Terre Card nos ahorramos el subir los 377 escalones que comunican la estación de tren con el pueblo; cogiendo un minibús en la misma puerta de la estación que pasa constantemente.
Y, es que Corniglia es el pueblo más alto y el único, sin acceso directo al mar. También es el único desde del que se pueden ver los cinco pueblos desde una vista panorámica, en concreto desde Belvedere di Santa María.
Para nosotros, lo mejor fue pasear por sus terrazas repletas de viñedos.

De Corniglia a Vernazza fuimos andando, está vez sí, por el Sentiero Azzurro, o sendero azul en español. Para acceder a dicho sendero, como ya os hemos comentado al principio del post, debéis contar con la Cinque Terre Card; la cual deberéis mostrar a un guarda al comienzo y final del mismo. El sendero de unos 3km os llevará recorrerlo (aunque todo depende del estado físico de cada uno) 1h aproximadamente. A nosotros no nos pareció complicado, pero esto suele ser un poco relativo. Os aconsejamos llevar calzado cómodo (unas zapatillas, nada de sandalias), agua, un sombrero y gafas de sol.

En Vernazza podréis tomar el sol y daros un chapuzón . Para nosotros fue, tal vez, el pueblo que más nos gustó. Preciosas vistas, tanto a la entrada como a la salida, y con estrechas calles, al más puro estilo genovés.
Como empezó apretarnos el hambre, decidimos probar los famosos cucuruchos de pescadito frito de Batti Batti. Aunque el sitio tiene una larga cola y un amable personal, nos defraudó un poco. Nos pareció caro, escaso y poco sabroso (Cucurucho pequeño 8€, grande 12€)
Aquí podéis visitar el Castello Doria, la fortificación más antigua (año 1000) de la zona. Lamentablemente, se encuentra en estado ruinoso, salvo su torre circular y la entrada es de pago.

De nuevo, desde Vernazza tomamos el sendero azul, pero en dirección a Monterosso, el último de los 5 pueblos. Este tramo nos supuso un poquito más de tiempo, 1h 10 min, pero desde nuestro punto de vista, carece también de dificultad (Creemos que el camino es más sencillo haciéndolo en este sentido que al revés, ya que sino hay que hacer una considerable subida) Lo mejor está al comienzo del mismo, donde disfrutaréis de unas vistas increíbles de Vernazza, donde seguro os haréis más de una foto.

Eran las 3 de la tarde cuando llegamos al último pueblo de nuestro recorrido, Monterosso, por lo que podíamos visitarlo tranquilamente. Es el más grande y urbanizado; por lo que de primeras, tal vez resulte el menos encantador. Aún así tiene también sus típicos callejones de estilo genovés y, además es el único que posee una playa de verdad.

Como por la mañana, durante nuestra primera visita a Manarola el cielo estaba nublado y teníamos el sol de frente, no nos habían gustado mucho las fotos que habíamos sacado. Así que nos cogimos el tren y, nos fuimos de nuevo hacia allí a probar suerte. Y, está vez sí, el cielo y el sol estuvieron de nuestro lado.
Y tras visitar, por segunda vez Manarola, pusimos rumbo a la Spezia donde nos esperaba nuestra furgo para continuar el viaje: La Toscana.
Pero, si vosotros disponéis de un día más en esta preciosa zona, os recomendamos:
–Coger un barco y ver los cinco pueblos desde el mar.
–Hacer el sendero 6, que discurre entre viñedos desde Manarola hasta el Santuario della Madonna delle Salute en Volastra.
Hasta próxima semana viajeros.